domingo, 25 de julio de 2010

Diciembre mes de reconciliacion

Luego de 12 navidades rojas rojitas, dando gracias a Dios por permitirnos llegar aquí, ya que la delincuencia enluta a cientos de familias que recuerdan en esta fecha aquellos seres queridos que se fueron de forma violenta, llegamos al último mes del calendario el cual paradójicamente debería ser un periodo para compartir y disfrutar en familia.

Nos preparamos para llevar a cabo las carreras que desde hace poco mas de una década son características en Venezuela, y que no son precisamente para abrazar a nuestras madres el 31. Son las carreras por tratar de encontrar los ingredientes para un plato navideño, luego las carreras para encontrar algunos regalos navideños a precios accesibles, en fin las carreras por tratar de hacer una NAVIDAD de verdad.

Sumado a estos factores también debemos destacar con preocupación el hecho de que la naturaleza sigue afectando de forma implacable a los hogares más humildes de todo el territorio nacional, separando muchas veces a familias enteras, a causa de las lluvias que lamentablemente afecta a los pobladores mas necesitados de una verdadera navidad y son los que en mayor parte se encuentran viviendo la utopía de la “revolución bonita”

En 1998 Hugo Chávez se encontró con una Venezuela deseosa de un verdadero cambio. Pero aunque en realidad el acto de entrega del poder al Presidente lo llevo a cabo el pueblo venezolano a través de los votos, no debemos ser tan ingenuos como para obviar que lo que permitió su ascenso al poder, fue el resultado de una serie de errores esenciales en el liderazgo nacional que condujeron a un error colosal del pueblo

Pero quizás más significativo que el análisis del proceso de imposición del chavismo, que en conclusión puede ser un manual de cómo una nación en crisis cae en manos de líderes mesiánicos, sea la reflexión acerca de cómo es posible emplear sus mismas armas para salir de su yugo.

Hace un poco más de una década lo que la gente pensó que se iba a corregir hoy esta mucho peor y todo esto abrió un orificio muy importante en el discurso del chavismo. El desgaste del mesianismo es evidente, pero el próximo año tenemos la oportunidad de brindarnos una navidad de verdadera reconciliación.

La reconciliación corresponde al asumir la responsabilidad de que de un modo u otro, todos nos equivocamos, unos por acción y otros por omisión, esto es lo que nos abre la puerta para plantearnos correcciones que permitan el tránsito democrático hacia un país reunificado

De ahí a que nosotros debemos abocarnos a trabajar muy duro desde el lenguaje de la reconciliación y la solidaridad ya que es la única manera en la cual podemos re-construir el país que todos merecemos. La reconciliación del país será, el último y final fracaso de la “revolución bonita” porque inevitablemente esta conducirá a un país distinto que tendrá que entender que no es posible construir un paraíso para algunos mientras otros viven en el infierno de la pobreza, pero que lo hará en democracia y no regido por el autoritarismo

JOSE LEONARDO CALDERA

Sec de Finanzas del C.E.C.P-LUZ